Es bien sabido que el clima es un desencadenante habitual de alergias, no por la temperatura en sí misma, sino por los agentes que se despiertan con ellas. En las estaciones del año se suele pensar que aquellas que podrían generarte ojos irritados y rinitis, serían sin duda la primavera –por todo el polen en el aire- y el invierno –con el frío invadiendo todos los espacios-. Pero, la verdad es que durante el verano el calor puede empeorar los síntomas de alergias más de lo normal, y es probable que te estés preguntando: ¿por qué?… pues, en el verano aumentan los factores que estimulan las alergias. Explicaremos esto brevemente a continuación.
¿Qué factores comunes causan alergias en el verano?
Polen de verano
Este es el asunto con la naturaleza: no todas las plantas polinizan al mismo tiempo. Con el calor del verano suelen despertarse cierto tipo de plantas diferentes a las de otras estaciones. La reina de las temperaturas altas suele ser la hierba y toda su familia derivada. A ella le gusta polinizar durante el calor, y muchas veces, es en esta época cuando este proceso alcanza su punto máximo, y es por eso que en ese tiempo las alergias se hacen peores. Si además, a todo eso le agregamos los cortes de césped y las brisas veraniegas, se hace bastante claro como el polen puede entrar fácilmente en el aire que respiramos.
Mayor exposición al moho
Es fácil imaginarnos en piscinas o tomando largas duchas en la temporada de calor para refrescarnos un poco. Y aunque es completamente compresible, lo que sucede es que al habitar con frecuencia lugares húmedos nos exponemos en mayor medida al moho. Este tipo de alergeno, al contrario de lo que se cree, no habita un solo lugar, ya que las esporas contaminadas pueden viajar en el aire bastante lejos antes de engancharse a superficies o entrar en nuestro sistema. El moho, los hongos, crecen en muchos y variados lugares, tanto en el interior como en el exterior, por lo que hay que tener especial cuidado para evitar reacciones alérgicas
Insectos de verano
Al subir las temperaturas en verano, se crea un ambiente ideal para que diversos insectos puedan reproducirse y desarrollarse. De ahí que la presencia de moscas, zancudos, termitas y cucarachas tenga un auge particular, siendo este último un gran detonador de alergias.
Hay muchos motivos por los cuales las cucarachas no son precisamente los insectos que más nos gusten, pero por si fuera poco, hay que mencionar que existe además una alta tasa de personas que resultan alérgicas a su presencia. De forma silenciosa, sus rastros en las heces, la saliva y las partes del cuerpo que se le desprenden pueden causar desde tos hasta irritaciones en la piel, dejando agentes alergénicos esparcidos de manera casi invisible por todo el hogar. El lado bueno es que exterminar su presencia dentro de casa basta para eliminar todo malestar, por lo que una limpieza profunda en verano no viene mal para evitar que puedan entrar –y hospedarse- en la vivienda.
Ácaros de polvo en el hogar
Así como las bajas temperaturas nos incitan a quedarnos en casa, las altas temperaturas también hacen de lo suyo. En estos dos extremos, el nivel de exposición resulta el mismo: pasar demasiado tiempo en casa pone a prueba la limpieza de tu hogar y la pureza del aire que respiras en el interior. Quizás un poco de suciedad o moho no sea percibido como un problema mayor cuando no pasamos demasiado tiempo en casa, pero cuando nos quedamos es fácil inhalar las partículas de suciedad que perturban rápidamente nuestro sistema inmunológico.
De las cosas más peligrosas que tienen los ácaros del polvo es que les gusta situarse en una de nuestras zonas favoritas en el hogar, a saber, la cama. Es por esto que es recomendable una rutina de limpieza profunda o de mantenimiento constante que garantice la pulcritud.
Para aquellas personas que se ven realmente muy afectadas por la alergia, es recomendable la compra de un purificador de aire que complemente el aseo y asegure niveles óptimos de aire.
¿Qué puedes hacer frente a las alergias del verano?
No hay forma de evitar el clima, pero puedes trabajar para reducir el impacto de los síntomas de la alergia estacional.
1. Protege tu hogar
Ya hay suficientes agentes alergénicos en el exterior de tu hogar que no puedes controlar, pero tu casa es tuya, y en ese territorio debes hacer lo posible por evitar darle espacio a partículas dañinas. Asegúrate de tomar una ducha y cambiarte de ropa cuando regreses de pasar un día al aire libre. Recuerda que hablamos de partículas en el aire que no son visibles al ser humano y las trasladamos de un lugar a otro sin saberlo.
2. Utiliza la tecnología a tu favor
Actualmente, existen todo tipo de aplicaciones que puedes descargar en tu teléfono que pueden indicarte no solo la temperatura estimada del día o el mes, sino también los niveles de polen que pueden encontrarse en el exterior de la zona que habitas. De esta forma, podrás organizar tus salidas al aire libre con la menor cantidad de exposición a las alergias.
3. Acude a un médico
Adivinar o intuir la causa de las alergias a veces no es suficiente para eliminarlas o controlarlas. Si tienes síntomas que sientes que perjudican tu vida cotidiana, bien porque no puedes conciliar el sueño o porque te cuesta concentrarte por los malestares, es necesario que visites un médico. Es posible que tenga soluciones mucho más efectivas que los típicos antihistamínicos o sprays nasales de venta libre. Dándote un enfoque que vaya más allá de pastillas, un alergólogo puede crearte un plan de tratamiento que se adapte a tus síntomas y a tu ritmo de vida.
Mediante exámenes, un alergólogo podría ayudarte a determinar con precisión los elementos a los que particularmente generas rechazo, ofreciéndote la posibilidad de vivir el verano –o cualquier otra estación del año- sin sentirte mal de salud o incapacitado para salir al exterior a divertirte.
©Mejoraire | Bethania Yanez