Con el aumento de los precios de la energía, muchos de los hogares tienen previsto calentar menos su casa. Pero, ¿por qué no sería buena idea hacerlo?
El aire frío podría ser una amenaza para las vías respiratorias, con problemas surgiendo al descender la temperatura por debajo de los 16 °C.
Y aunque apagar la calefacción ayuda a que tengamos una reducción en las facturas de luz en este invierno, podría lograrse a expensas de la salud, y en especial si dentro del hogar residen personas que padecen enfermedades respiratorias o cardiacas.
Estas son algunas formas en las que mantener el hogar frío podría hacer que empeore nuestra salud.
1. Enfermedades cardiovasculares
Temperaturas muy bajas podrían provocar que nuestros vasos sanguíneos se estrechen, lo que puede dar lugar a efectos cardiovasculares. La Organización Mundial de Salud advierte que estas consecuencias cardiovasculares incluyen cardiopatía coronaria e isquémica, accidentes cerebrovasculares, hemorragia subaracnoidea, e incluso la muerte.
Otros estudios realizados en el Instituto de Equidad Sanitaria de la UCL y de Salud Pública también señalan que hay una correlación entre estas enfermedades cardiovasculares en Inglaterra y el frío.
Estos problemas son más recurrentes cuando las temperaturas caen por debajo de los 12 °C, temperatura en la que surge el riesgo del estrechamiento de los vasos sanguíneos, que puede conducir a un aumento del grosor de la sangre, al perderse líquido de la circulación.
2. Asma
El aire frío también afecta al funcionamiento de las vías respiratorias, en particular, a aquellas personas que sufren de afecciones respiratorias o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Cuando se respira aire frío, las vías respiratorias se irritan y los pulmones se tensan, lo que incomoda al respirar. Además, empeora la congestión y la obstrucción nasal en personas con rinitis alérgica.
El frío también hace el hogar más propenso al moho y la humedad, lo que desencadena enfermedades y alergias fuertes, sobre todo en aquellas personas que son más susceptibles, como los niños.
3. Infecciones respiratorias
Un hogar frío puede hacer que sea mayor el riesgo de las infecciones respiratorias. Algunos virus, causantes de la gripe y el resfriado común, se reproducen más en las narices frías, mientras que partes del sistema inmunitario también se debilitan con un clima frío.
Una menor acción inmunitaria a bajas temperaturas podría ser pésimo para las personas que tienen infecciones respiratorias, como la EPOC, ya que aumentaría considerablemente el riesgo de infecciones torácicas.
4. Sueño
Para poder conciliar el sueño, la temperatura del cuerpo debe bajar aproximadamente 1 °C, lo que hace difícil caer dormido cuando hace calor. Lo mismo ocurre cuando hace demasiado frío. Cuando nuestro cuerpo disminuye la temperatura antes de dormir, desvía el calor del núcleo al aumentar el flujo sanguíneo hacia las extremidades.
Sin embargo, con demasiado frío, los vasos sanguíneos de la piel se contraen, y se dificulta esta evacuación de exceso de calor. La temperatura ideal para dormir es de unos 16 – 18 °C, lo que puede variar de persona a persona. Pero, por debajo de los 12 °C, la mayoría tiene problemas para conciliar el sueño.
5. Depresión
Algunos estudios realizados en universidades como la Ulster o la UCL, encontraron que una vivienda fría y húmeda genera una serie de factores de estrés mental. Otro informe del programa gubernamental Warm Front en Inglaterra, afirmó que las probabilidades de padecer depresión aumentan a medida que las temperaturas de las habitaciones bajan.