Mientras se acercan las implacables oleadas de calor del verano, resulta indispensable que tu aire acondicionado esté funcionando eficazmente para poder disfrutar de esos días, tanto dentro como fuera de casa.
No debes sustituir el mantenimiento anual de tu dispositivo, pero hay algunos consejos que podrán extender la vida útil de tu aire acondicionado. Son pequeñas acciones que generan un gran impacto en su funcionamiento.
La siguiente lista de consejos te permitirá optimizar la calidad de aire que refresca tu hogar y prevenir un daño grave al sistema del dispositivo, y, en consecuencia, a tu bolsillo. La mejor parte es que los puedes emplear por tu propia cuenta, pues, sabemos que estas reparaciones pueden ser altamente costosas. Así que, ¡empecemos!
1. Filtros de aire: Más importantes de lo que piensas
Aunque no lo parezcan, son componentes fundamentales del funcionamiento de tu aire acondicionado, puesto que recogen las partículas de suciedad que flotan libremente en el aire que circula por tu hogar.
Claro que la cantidad de suciedad (pelos de mascotas, partículas de polvo, polen, esporas, etc.) está estrechamente relacionada con la zona en la que vives, así como la presencia de mascotas. Pero, lo recomendable es que cada tres meses hagas el cambio de los filtros, o los laves, según las instrucciones de tu dispositivo.
Te preguntarás cómo saber cuándo lavarlos y la respuesta es simple: Debes revisarlos mensualmente y ver sus condiciones. Una mirada rápida determinará la frecuencia de los cambios y, lo mejor de todo es que puedes hacerlo tú mismo. Esto marcará la diferencia del aire que respiras.
2. Los sistemas de refrigeración y calefacción del aire acondicionado deben estar en áreas despejadas
Si tu unidad se encuentra a las afueras de tu casa, deberás asegurarte de tener despejada el área alrededor de esta. Por ejemplo, debes podar las ramas y vegetación que está encima, para evitar golpes. También se recomienda que cada quince días se retiren los restos de polen, hojas y demás objetos extraños que puedan encontrarse encima y a los lados de la unidad, y si ves necesario usar la manguera ¡hazlo!
Para asegurarte de que el flujo del aire está funcionando correctamente, deberás mantener un espacio de al menos medio metro despejado alrededor de la unidad.
Algunas personas incluso sugieren colocarle algún toldo que los proteja de los poderes de la naturaleza (sol, lluvia, nieve, granizo) para evitar daños en el sistema mecánico.
3. Las rejillas de ventilación y los conductos deben estar lo más libres posibles
Como habrás notado, la higiene de tu dispositivo es un punto fundamental en su correcto funcionamiento y aplica para todos sus componentes.
Tanto las rejillas como los conductos son los encargados de la absorción, conducción y expulsión del aire dentro del dispositivo. Por ello, cada uno de ellos debe estar despejado de toda suciedad para evitar un taponamiento interno.
4. ¡Ojo con las fugas!
La palabra fuga no puede acarrear nada bueno, lo sabemos. Pero, de igual manera, debemos ponerte al tanto de los riesgos. Para identificarlas, usaremos el viejo truco del humo. Presta mucha atención.
Si cuentas con un aire acondicionado central, enciende una barra de incienso y colócala en las uniones entre la unidad y el marco de tu ventana. Si escapa, ¡eureka!, tienes una fuga identificada que puedes rellenar con espuma y, de ser necesario, usa cinta adhesiva.
Si cuentas con un aire acondicionado de ventana, sostén tu barra de incienso cerca de las conexiones de los conductos. Si el humo sopla, encontraste tu fuga. Para solucionarlo, usa en los conductos cinta de aluminio para sellar huecos pequeños y masilla para agujeros más grandes.
5. El temporizador es un gran aliado
Lo ideal es que mientras no estás en casa, tu aire acondicionado baje su nivel de trabajo y aumente las temperaturas para disminuir el desgaste y consumo eléctrico. Para ello, algunos dispositivos cuentan con un temporizador integrado y solo debes programarlo. Pero, si no es tu caso, en cualquier tienda de materiales para el hogar puedes adquirir uno. Y, ¡ojo!, fíjate que el temporizador tenga el mismo voltaje que tu unidad.
Si te estás preguntando, ¿por qué no recomendamos apagarlo?, pues, la razón, al menos, para el caso del aire acondicionado central, es que resulta más perjudicial el apagar y encender la unidad constantemente. Al final, el arranque consume el triple de energía y el esfuerzo por alcanzar la temperatura interior seleccionada es mucho mayor.
Claro que si te vas de vacaciones es mejor apagarlo, y, a tu regreso, no olvides incrementar la temperatura paulatinamente para que la unidad no se vea afectada.
6. Una vez al año: ¡Mantenimiento profundo!
Hemos sido bastante insistentes con este tema porque la verdad es que lo amerita. Las consecuencias de “ahorrar” en el mantenimiento serán muchísimo más costosas con los años que la suma de cada uno de ellos.
Te recomendamos que agendes tu cita técnica durante el otoño o la primavera, momento en que los profesionales están más libres y seas uno de los primeros en ser atendido. No olvides especificar que la revisión abarque cada uno de los componentes, desde las bobinas hasta el motor. No te limites únicamente a la unidad refrigerante y los conductos.
Además, los fabricantes recomiendan que cumplida cada década de uso solicites la actualización de eficiencia vigente, según tu tipo de dispositivo.
7. Tu aire acondicionado necesita descanso
Así como tú, a mitad de año, ya estás soñando con tus vacaciones de verano o invierno porque estás agotado de la rutina, los dispositivos mecánicos también deben tomar un descanso esporádicamente.
Aprovecha las mañanas frescas y mantén las ventanas abiertas. Junto a las puertas interiores, esto permitirá la renovación del aire y una sensación térmica de mayor frescura.
8. No botes todavía los ventiladores
Otro tip es añadir unos ventiladores para obtener mayor sensación de frescura. Estos harán circular el aire con mayor velocidad por el interior de tu casa, y su consumo eléctrico es mucho menor que el de tu unidad. Además, puedes movilizarlos por el hogar según lo amerites.
9. ¡Pega la oreja!
Ok, sin bromear, esta es una de las formas más eficaces de detectar alguna falla en el motor, o en la estructura interna de tu unidad. Tu oído será tu aliado en detección de problemas.
Esta sugerencia va de la mano con la siguiente.
10. A veces es necesario llamar a un profesional
Ciertamente, recibir una visita de un técnico especializado muchas veces no es barato. Sin embargo, debemos reconocer que hay problemas de mayor envergadura que no podemos resolver por nuestra cuenta, e inclusive, al intentarlo, podríamos empeorarlos.
Entonces, si quieres extender la vida útil de tu unidad, ten a mano el número de tu técnico especializado más cercano.
©Mejoraire | Gexania Umbría